viernes, 30 de diciembre de 2011

"I SPIT ON YOUR GRAVE" Y "THE WOMAN": MUJERES EN PIE DE GUERRA

No sé si tan solo es casual o tal vez sintomático de a saber qué, pero sin duda resulta curioso que dos de las películas de terror más estimulantes que he visto en el último mes sean I Spit On Your Grave y The Woman. ¿Por qué resulta curioso? Por los puntos en común que guardan, básicamente. Ambas toman a una mujer como origen del terror o, mejor dicho, como elemento al que temer en un momento dado. Ambas mujeres son agentes de una violencia visceralmente física, primitiva, sin concesiones de ningún tipo. Y ambos filmes se originan a la sombra de un film anterior al que enmiendan la caligrafía. En el caso de I spit on your grave, se trata del remake de la película homónima de 1978. En el caso de The Woman, viene a ser la secuela de Offspring (2009). Como punto en común adicional, cabría apuntar que ninguna de ambas películas ha sido estrenada en salas comerciales en este el país de Belén Esteban (¡Dios nos libre de todo "mal" cinematográfico!)... pero bueno, eso es otro tema.


I spit on your grave nos cuenta la sangrienta historia de venganza de una mujer contra los hombres que la han violado. Un argumento visto mil veces, sí, tal vez de un posfeminismo algo dudoso, pero que siempre apela a cierto nervio muy "sensible" de nuestro lado más visceral... y que, por tanto, raramente no funciona. La diferencia entre el original y el remake reside no solo en su estética (esa "estilización sucia" tan propia de determinada corriente del terror actual...), sino también en la brutalidad refinada y llevada al límite que exhiben sus asesinatos. Una brutalidad que cae en cierto regodeo gore tanto en su versión setentera como en la del siglo XXI, pero que en esta última se pule de imperfecciones para convertir lo que en la otra solo era una mujer "muy bien organizada" (por así decirlo) en una auténtica sombra sedienta de sangre y poseedora de una aura casi mítica. Quizá esta película no sea la gran revelación de lo que llevamos de década, pero sin duda compone un entretenimiento más que digno dentro de sus parámetros. Y como tal funciona.


El tipo de mujer vengativa que nos presenta The Woman es bastante distinto. De hecho, no hay transición de víctima indefensa a loba herida en busca de la más sanguinolenta de las revanchas: en el caso de esta segunda película, la loba lo es desde el principio (de hecho, se trata de la superviviente de la familia de caníbales de la primera parte). Una loba salvaje a quien un sádico machista toma erróneamente por cordero... cuando, en realidad, lo que hace la mujer del título es esperar pacientemente el momento de resurgir de sus despojos de falsa civilización. Por desgracia, no puedo hablar demasiado de la primera parte (Offspring) pues la empecé a ver ayer y aún ni la he acabado, pero la impresión general que me da es que es notablemente inferior a su secuela. Y es que The Woman, aun con sus efectismos granguiñolescos, se me antoja que adopta un enfoque más rico no solo en forma, sino también en fondo, al regalarnos una reflexión más bien cínica tanto sobre las trampas de la mal llamada civilización como sobre las de la (a menudo) mal llamada familia. Una reflexión que va arrasando con todo, hasta que lo único que deja en pie es una mujer salvaje que quizá en el fondo no sea tan salvaje. Una mujer que, en definitiva, solo se debe a sí misma y a sus instintos (entre ellos, el de fidelidad a los suyos).