sábado, 30 de octubre de 2010

CUENTOS DE HALLOWEEN

Ya está, ya lo tenemos ahí a punto de caramelo: Halloween, amigos. Una festividad polémica donde las haya, como todas las que se han mercantilizado, pues impepinablemente hay gente que sigue convencida de que es un invento de Walmart para vender mamarrachadas de ultratumba y aseguran que ellos no son nada de eso. En fin, que os traigo un regalito halloweenero. En concreto, una antología que hemos elaborado los miembros de Nocte, la Asociación Española de Escritores de Terror. Titulada Hatajo perverso (no, no hay ninguna errata en el título, buscad en el diccionario) y editada por 23 Escalones, se trata de una colección de microrrelatos que se lee rapidísimo. Las aportaciones de servidor a la antología son dos: El Chingón y Carne de calabaza, respectivamente. Y lo que todos os estaréis preguntando: ¿cómo se baja la antología, que por cierto, es gratuita? Pues pinchando la imagen inferior.


Fijaos que, cuando se abra el enlace, hay unas especificaciones que os marcan lo que tenéis que hacer para poder leer adecuadamente el archivo, porque esto es una modernidad y un futurismo que ni te cuento: o sea, que es tipo ebook y tal. A propósito, me dicen que la antología está siendo un exitazo (sólo ayer a mediodía, ya había más de 500 descargas... y subiendo). Qué fuerte, prima.
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miércoles, 27 de octubre de 2010

RECOMENDACIONES PARA HALLOWEEN

Dado que Halloween está a la vuelta de la esquina, rescato un post que ya elaboré el año pasado para mi otro blog, con diversas recomendaciones cinematográficas que nos ayudarán a pasar una noche de muertos como Lucifer manda.

Por regla general, he tratado de ceñirme a unos mínimos: que sean películas divertidas, más o menos con un espíritu joven y no de miedo, lo que se dice miedo de verdad. Porque, claro, no vas a estar tomando unas patatas chips y un ponche con los vecinos, con los niños por ahí correteando... y viendo Martyrs o (Rec). Pues no, un poco heavy. Ah, también he añadido un olvido imperdonable que se me pasó por alto (y que, de hecho, es el que abre la lista). Así que allá va...


UNA PANDILLA ALUCINANTE: Los 80 ya sabéis cómo fueron: muy de niños que salvan el mundo (o, por lo menos, su barrio). Y The Monster Squad era esa película divertidísima de aventuras protagonizada por una especie de Goonies que, en lugar de ir en plan Greenpeace, iban más rollo Van Helsing. Cuánto bien nos ha hecho la Universal...


THE ROCKY HORROR PICTURE SHOW: Ideal para las que os gusta poneros un taconazo, una mascarilla de glitter y unas buenas pestañas postizas mientras os lo bebéis todo. Para bailar, hacer el time warp y tener sexo promiscuo con todas las razas del espacio. Muy esperpéntica, pero de un clásico que tumba.


NOCHE DE MIEDO: Y volvemos con los toques ochenteros, que nunca están de más. Te subes los vaqueros por encima del ombligo, te pones la banda sonora de Footloose como hilo musical... ¡y a disfrutar del cine que se hizo durante el reinado de Eva Nasarre! Noche de miedo es la mejor elección para disfrutar de ese terror cómico de los 80, con adolescentes heroicos, vecinos vampiros y novias que visten muy mal.


THE CRAFT: Lo siento, me niego a transcribir el título español, porque considero que puso su buen granito de arena para que nadie se la tomara en serio. Y es que, claro, leías Jóvenes y brujas y te esperabas un artículo de investigación del Vale. Pero no. La película sabe retomar la combinación de terror y comedia juvenil de los ochenta para llevarla al terreno de los 90. Y le sale bien la jugada.


ELVIRA, SEÑORA DE LA NOCHE: El título suena a película erótica, pero no lo es... del todo. Porque las mamellas de nuestra protagonista alcanzan la categoría de épicas, pero saben compartir el protagonismo con la dueña de las mismas. Elvira es un clásico de Halloween y la película demuestra por qué. Para los amantes de las brujas sexys, las pezoneras y las pociones.


HALLOWEEN, EL ORIGEN: Sí, ya sé que dije que no iba a poner pelis propiamente de terror de verdad, pero bueno, el que tiene boca se equivoca. Y yo me he equivocado con premeditación y alevosía, porque poner un ranking de pelis para Halloween y no incluir ninguna peli de Mike Myers (no el de Austin Powers, el otro), ¿pues qué quieres que te diga? Me parece un acto de maldad. Me he decantado por el remake de Rob Zombie porque lo considero notablemente superior al original, con Jamie Lee Curtis o sin ella (aunque hay que admitir que la chica que toma el testigo de scream queen es como pa matarla viva, las cosas como son).


TRICK'R'TREAT: La película perfecta para Halloween, no admito discusiones. La vi recientemente y me quedé no labio. Muchos dirán que no es para tanto y que no es perfecta, pero yo creo que dentro de sus parámetros sí que lo es. Divertida pero también terrorífica, imaginativa, con un diseño de producción sensacional y capturando como ninguna otra antes la magia de esta noche tan aparentemente americana. Os dejo el trailer para que se os hagan los dientes bien largos. A mí, la verdad, me tiene enamorado. De nada...

Como véis, os he dejado la lista con suficiente antelación para que os las podáis bajar... de la estantería del videoclub. Sé que me dejo en el tintero muchas, pero confío en que vuestras viperinas lenguas me recuerden cuáles son exactamente. Chau Chau.

lunes, 25 de octubre de 2010

"LA CASA DE LAS SOMBRAS": TERROR CON SABOR CLÁSICO

Bienvenido a la casa de las sombras. Bienvenido al hogar de los monstruos. Bienvenido a este viaje a lo más hondo de su existencia. Olvídate de las leyes de los hombres, porque estas nada significan para ellos. Olvídate de la mecánica que rige el alma de las personas. Prepárate a visitar el otro lado del espejo.

Los monstruos no existen para nosotros, ni por nosotros. No son nuestros reflejos deformados, aunque su silueta nos resulte familiar. Por eso, si franqueas el umbral, prepárate para visitar el otro lado, otra dimensión. Sus cuitas y sus anhelos no son los nuestros, pero queremos conocerlos.

Así reza la contraportada de La casa de las sombras, de Juan Ángel Laguna Edroso, una novela breve (apenas 100 páginas) que acabo de leer y me ha sorprendido gratamente por varios motivos. Antes que nada, decir que tuve el placer de conocer al autor (y compañero en Nocte) durante la presentación de su novela hace unas semanas y me pareció un tipo fantástico, accesible y de lo más agradable. Pero bueno, vamos a la novela, que es lo que nos interesa aquí. El principal motivo para leerla, sin duda alguna, reside en esa prosa cuidada y de sabor inequívocamente clásico, a veces casi barroco diría yo, que sirve para dar forma a una historia de ambientes góticos en la que tienen cabida elementos con los que cualquier amante del género está más o menos familiarizado. Mansiones decadentes, apariciones fantasmagóricas, niños inquietantes, nigromantes, oscuros secretos de familia, espejos que parecen ocultar algo más que el reflejo de quien se mira en ellos...


Por otro lado (y esto entronca directamente con lo mencionado arriba) la otra gran baza de la obra que nos ocupa está en la habilidad de Laguna para recrear ambientes. A lo largo de sus páginas, el lector casi puede rozar el limo resbaladizo bajo sus pies, percibir el frío calándosele el los huesos y oler el aire enrarecido en las estancias de esa mansión de historia incierta, cuyos misterios no acaban de ser revelados del todo hasta las últimas páginas. Como pega, la verdad es que el título no me convence mucho: aunque sea comercial, tal vez algo menos genérico le hubiera hecho un favor. De cualquier modo, ya lo sabéis: si os gusta el terror de sabor clásico, con alguna puesta al día sobre todo en lo que a alguna que otra truculencia se refiere, La casa de las sombras es el regalo perfecto que os podeis hacer para ese Halloween que está a la vuelta de la esquina... y además, a un precio más que razonable.

Juan Ángel Laguna Edroso (Zaragoza, 1979).- Ingeniero químico, inventor del libro de plástico, esgrimista y escritor, actualmente vive en Metz, desde donde dirige la web OcioZero.com y trabaja como traductor freelance. Es miembro de Nocte, del Círculo de Escritores Errantes, de la Asociación Aragonesa de Escritores y editor de la revista digital La biblioteca fosca y de la antología periódica Calabazas en el Trastero. Ha publicado la novela Caín encadenado (Editorial Premura, 2000) y en versión bilingüe franco-española “El niño que bailaba bajo la luna” (Nuevos Soportes Gráficos, 2005) con ilustraciones de Jean Gilbert Capietto. Su novela “Lección de miedo” quedó finalista del concurso “Psycho-tau” en el año 2002 y su antología “Pesadillas de un niño que no duerme” del V Concurso de novela corta Rejadorada en el año 2008.

También ha publicado numerosos relatos en antologías y revistas. En su página web, www.abadiaespectral.com, se recoge más información sobre sus proyectos actuales, sus premios literarios y sus publicaciones en Internet.

La Casa de las Sombras es su primera novela publicada en papel, una incursión al lado más tenebroso de su laberíntico imaginario.

LA CASA DE LAS SOMBRAS de JUAN ÁNGEL LAGUNA EDROSO

COLECCIÓN ÚLTIMO ESCALÓN, 1 – Novela

Edición Rústica 190×120 mm

PVP 7,95€

Más información y primer capítulo de la novela en www.dhediciones.com

martes, 19 de octubre de 2010

"NECRÓPARIS": NO HAY BANDA


No sé si es casualidad o tal vez cierta tendencia por descubrir, pero tres de los libros más perturbadores e inasibles (argumentalmente hablando) que he leído en los dos últimos años vienen firmados por autores españoles y, en mayor o menor medida, podrían circunsbribirse dentro del imaginario del terror. Ahí tenemos El país del miedo, de Isaac Rosa, una novela que rehúye todos los tópicos posibles al respecto para ofrecernos un fresco vigoroso e incisivo sobre nuestros miedos cotidianos. También tenemos Tan dulce, tan amargo de Roberto Carrasco, que en su primera mitad desgrana una historia profundamente perversa, provocativa y visceral, y que si de algo carece es de concesiones al consumo masivo. Y por supuesto, ahí tenemos (no me cansaré de decirlo) Bebés jugando con cuchillos, la apasionante antología de Santiago Eximeno, tan rebosante de imaginación y calidad que sólo puede provocar envidia de la sana en un escritor como yo.

Pues bien, por lo que a mí respecta, a esta peculiar corriente viene a sumarse ahora Necróparis, la primera novela de Fernando Cámara. Hasta ahora, Cámara era conocido sobre todo por su labor como realizador cinematográfico (no en vano, a él debemos por ejemplo Memorias del ángel caído, excelente película de género que aportó algo más que un granito de arena a la hora de dignificar y dar dimensión al cine de terror español durante la década de los 90). Una vez leída su novela, podemos asegurar sin temor a equivocarnos que a Cámara el celuloide le viene pequeño. Y es que Necróparis es una obra terriblemente imaginativa, aparentemente anárquica dentro del uso de esa imaginería arrolladora que tiene, y sin embargo poseedora de una lógica férrea. No me extraña que haya acabado siendo una novela: si se quisiera llevar al cine una historia como la que encierran estas páginas, el presupuesto se dispararía... y con toda justicia.


Como ya os conté el mes pasado
transcribiendo la nota de prensa del libro, el argumento viene a ser el siguiente: "Una pareja en viaje romántico por París descubre que la ciudad se torna misteriosa e inhóspita por las noches. Se sienten asediados por las calles y en su propio hotel. Por la mañana dudan de lo ocurrido, pero pronto volverá a oscurecer y la situación se repetirá con mayor intensidad. (...) NECRÓPARIS es una road movie en un fascinante París nocturno que se vacía para el horror. Un misterioso hotel que cambia de lugar. Mendigos que devoran a las clases altas. Las temibles zonas de neón rojo. Mapas imposibles. Estudiantes en plena revuelta. Maniquíes vivientes. Novias que envejecen por momentos. Obreros asesinos entregados a una nueva revolución…" ¿Cómo os quedáis? Muertos de ganas por leerla, obviamente.

La gran virtud de Necróparis (y os aseguro que de esto va bien surtida) es que difícilmente encontraréis nada parecido dentro de la oferta editorial española en estos momentos. Sobre todo, porque es una historia que se debe sólo a sí misma, ajena a modas y tendencias, lo cual hace que acabe siendo absolutamente personal y auténtica. Sin embargo, el autor se las ingenia para que en ningún momento se haga pesada, más bien al contrario, pues la prosa es tan ágil y visual que se convierte en uno de los rarísimos casos en que el tópico de "es un libro absorbente, no puedes dejarlo" se torna un piropo con todas las de la ley. Frases cortas y llenas de significación para dar forma a una historia intrigante y alucinada, tan cargada de emotividad como de humor y tensión. La nueva Revolución Francesa, automatonofobia, canibalismo, el escalofriante mago Mandrake, perversos juegos de un subconsciente tan propio como colectivo y, al final de todo, esa París pesadillesca, real y soñada al mismo tiempo. Una ciudad reinventada en base a una perversión de la leyenda que ella misma ha creado, y que que nos remite explícitamente a clásicos como El quimérico inquilino, pero también a muchas otras referencias ilustres, desde La invasión de los ultracuerpos hasta las inquietantes paranoias de David Cronenberg o David Lynch.

Sin más que añadir, pues, y con tal de no destripar demasiado esta joya, me despido emplazándoos a que la leáis. La encontraréis en NGC Ficción! (y en una edición de lo más atractiva, por cierto). Mientras tanto, también podéis echar una ojeada al blog oficial de la novela, que no está nada mal.

La Nueva Carne ha nacido en las cloacas de la capital francesa...
¡No hay banda! Il n'y a pas d'orquestre!


lunes, 18 de octubre de 2010

SITGES 2010 BONUS TRACK: FANTATERROR ESPAÑOL

Y ya para finalizar nuestro periplo por lo que dio de sí el Festival de Sitges de este año (al menos, lo que pudimos vivir en nuestras cannes), acabo con una recomendación editorial: Profanando el sueño de los muertos, subtitulada muy elocuentemente como La historia jamás contada del cine fantástico español. Escrita nada menos que por Angel Sala, el propio director del festival, y editada por Scifiworld con un diseño bastante lujoso, se trata de una especie de guía por ese grueso de películas que, al menos en líneas generales, tan desconocido sigue resultando al gran público. ¿Cine fantástico español? ¿En España? Pues sí, amigos, aquí se han hecho muchas, muchísimas cosas mucho antes de que Alex de la Iglesia pusiera el pie en la escena nacional... aunque, de hecho, Sala reconoce la importancia decisiva del realizador vasco a la hora de insuflar oxígeno a la producción cinematográfica española, en este sentido.


Pasaremos por alto las múltiples erratas que tiene el libro, así como algún que otro disloque ocasional de fechas, pues el contenido es tan apasionante (y apasionado) que uno lo disculpa todo. Desde aquí, mi felicitación a Sala por defender sobre papel un género que, hasta muy recientemente, la crítica y la opinión general había ido silenciando, cuando no sepultando, hasta el punto de que casi se había hecho realidad ese tópico que reza que "el cine español sólo va de guerra civil, putas, maricones y yonkis". Para los que, atrincherados tras la opinión general, sigan defendiendo esto, simplemente les invito a que echen un vistazo al libro. Seguramente, les dejará no poco sorprendidos.


Y ahora sí, despido las entradas sobre el festival compartiendo con vosotros la fotografía superior, que registra el encuentro sorpresa que servidor tuvo con Javier García Rodríguez, escritor de El celuloide rosa (completísimo libro que repasa la historia del cine lgtb), así como creador del blog homónimo. Fue un encuentro breve, pero muy agradable., así que esperemos que el año que viene nos dé para algo más.

domingo, 17 de octubre de 2010

SITGES 2010: CUARTO Y QUINTO DÍA.

Hoy me cargo de una tacada los dos últimos días, ya que tampoco fueron tantas pelis. Allá vamos:


Aunque a mis dos acompañantes no les convenció tanto, A horrible way to die (esto sí que es saber poner títulos a las cosas) me pareció una propuesta bastante interesante. Se trata de un thriller con psicópata incorporado, pero que carga más las tintas en la vertiente dramática del asunto que en la casquería. De hecho, la mayoría de crímenes no los vemos sino cuando ya se han cometido. Además, tiene un twist final de lo más curioso y los dos protagonistas están bastante bien. El problemón es que el director tenía unas inquietudes artísticas que ni te cuento, así que pensó que lo mejor sería rodarlo todo cámara en mano, pero a hombros de un yonki en pleno ataque de mono. Como resultado, la cámara temblequea más salvajemente de lo que jamás hayas visto (¡más que en El proyecto de la bruja de Blair!), y para colmo, venga o no venga a cuenta.


Ángel Sala ya avisó en Scifiworld de que esta película tres delicias iba a ofrecernos los asesinatos más barrocos del festival. Y cuánta razón tenía, el jodío. Poque Dream Home nos narra la odisea particular de una pobre mujer que se muere por conseguir un apartamento cuqui y asequible en la encarecidísima Japón, de modo que decide montar un sonoro escándalo cargándose a todos los inquilinos de un bloque de apartamentos, consiguiendo así que los precios bajen como resultado. Lo mejor del film, a mi entender, las escenas de asesinatos, que tienen una planificación y una imaginación alucinantemente hilarantes. Lo peor, las digresiones y constantes flashbacks para que veamos lo chunga que es la vida de la prota, que a mí personalmente nunca llegaron a interesarme demasiado. A propósito, me entero de que la actriz protagonista se ha alzado con el premio a la mejor interpretación femenina del festival.


Shock Labyrinth 3D: terror japo trasnochado, con toda su parafernalia de Yoko Onos greñudas, flashbacks de un pasado trágico, bla bla bla... ah, y con un uso del 3D francamente pobre. Lo mejor, un par de escenas visualmente bonitas (demasiado poco como para recomendarla, desde luego).


Menos mal que no nos marchamos del festival después de la japo, porque Black Death por lo menos nos dejó un buen sabor de boca (no un exquisito sabor de boca, pero sí bueno). Viene a ser una aventura histórica ambientada en una Edad Media bastante oscura y realista, sin florituras (al principio, me recordaba un poco a El nombre de la rosa). Os comento que el cartel que he colgado es tremendamente engañoso, pues parece que sea por lo menos El señor de los anillos 4 y, desde luego, nada que ver: Black Death es más bien un drama sombrío que, tomando como base el azote de la Peste Negra en Europa, reflexiona en torno a la irracionalidad y la intolerancia de los fundamentalismos (pertenezcan estos a la religión que pertenezcan).

jueves, 14 de octubre de 2010

SITGES 2010: TERCER DÍA



Me cuesta bastante decir que The Ward, lo último de John Carpenter, es un truño como un puño. Entre otras cosas, porque Carpenter es un tío con mucho oficio, que nos ha dado algunas de las gemas del cine fantaterror de todos los tiempos. Pero por otro lado, y apoyándonos sobre todo en este último argumento, me resulta inevitable percibir su última película como una decepción más o menos sonada. Sea como fuere, digamos que se perfila como un film más o menos entretenido, que se deja ver, como mucho "correcto"... pese a ese final pretendidamente sorpresa que ya habíamos visto en otra película de suspense hace muchos años. Y sobre todo, pese a ese uso tramposísimo de subir el volumen a lo bestia para dar sustos (que parece mentira, señor Carpenter, a estas alturas).


Hace unas semanas Sonix ya hablaba en su blog de esta película, que al igual que ocurriera con Carne de neón, comenzó siendo un corto que luego pasara a largo. Cuando vi el trailer en su día, se me quedó la idea de que era una película bastante oscura y macabra... pero no. A ver, sí, en la idea de base hay mucha mala leche y mal rollo, pero el caso es que el director la ha preferido resolver de otra manera. En concreto, como un divertimento de sabor marcadamente ochentero, con un niño protagonista que se comporta como todo un héroe (por mi cabeza no dejaron de cruzarse títulos como Los Goonies o Una pandilla alucinante) a la hora de enfrentarse al auténtico Santa Claus y sus secuaces. En definitiva, que lo que pudo haber sido una decepción tremenda, se convirtió en una sorpresa bastante agradable. Recomendada para quienes aún conservan un poco de los niños que una vez fueron.


Y llegamos al plato fuerte (fortísimo, diría yo) de la jornada... y, en general, del festival (con permiso de A Serbial Film). Hace un par de años, el mazazo de honor nos lo dieron Martyrs e Eden Lake. El año pasado, no recuerdo que tuviéramos siquiera mazazo de honor. Este año, el turno es de Secuestrados. A la salida de la película, teníamos sensaciones encontradas sobre lo que acabábamos de ver. A mi amigo Javi le pareció peliculón. A nosotros nos gustó, pero encontrábamos que faltaba "algo" que diera sentido a la película, más allá de hacértelas pasar perras (pero mucho) durante lo que dura su metraje. Luego ya leímos entrevistas al director, Miguel Ángel Vivas, y descubrimos que su objetivo no era otro sino ese: hacerte vivir en tus propias carnes, de la forma más ajustada y en primera persona posible, la experiencia de lo que vendría a ser uno de esos allanamientos de morada por parte de una banda del Este, lleno de tensión y violencia. Dicho lo cual, podemos afirmar que la película cumple al 100% con su cometido. Y aún así, yo sigo preguntándome: ¿hasta qué punto es legítimo que sea ese y ningún otro el objetivo? Pues no lo sé, la verdad... En cualquier caso, es valorable lo cojonudamente que está rodada, a base de una sucesión de planos secuencia que yo calificaría de virtuosos (sobre todo, teniendo en cuenta que hay bastante acción y riesgo), así como unas actuaciones generalmente solventes, entre las que sobresale la eternamente ninguneada Manuela Vellés, que interioriza hasta tal punto su personaje que te estruja las tripas como pocas veces me ha ocurrido delante de una pantalla. De nuevo, no sé hasta qué punto la recomendaría. Hay películas como Irreversible o Funny Games (con la que tanto se la ha comparado, por cierto, y creo que algo gratuítamente) que te las hacen pasar putas con un objetivo claro, con un mensaje, incluso con pequeños rayos de luz que oxigenan tanto mal rollo. Secuestrados no: la oscuridad es asfixiante, inabarcable, inexorable... y quizás esa falta absoluta de concesiones sea precisamente una virtud. Sin embargo, y aún a sabiendas de que sería injusto tacharla de torture porn absurda sin más, la verdad es que no sé si hoy por hoy lo tengo tan claro.


El peque haciendo un auto-photocall.

miércoles, 13 de octubre de 2010

SITGES 2010: SEGUNDO DÍA

Seguimos con nuestro pequeño recorrido por lo que pudimos ver en nuestros cinco días en el festival de este año (y lo de que "pudimos" no puede ser más literal, porque ya el primer viernes era una barbaridad la de sesiones con entradas agotadas... ¿alguien dijo crisis?).


La gracia de La casa muda se supone que es que se trata de terror en tiempo real, esto es, una película rodada aparentemente en un solo plano secuencia. Os anticipo que esto es una mentira como un piano de cola, pero vamos, también se ha dicho tradicionalmente (incluso hoy en día) que La soga de Hitchcock está rodada del mismo modo y allí se ve aún más el truco. Dejando de lado tecnicismos, en todo caso, vaya por delante que Gustavo Hernández cumple sobradamente con su cometido: ponerte mal cuerpo durante hora y media, jugando tan sólo con la oscuridad, una casa que da bastante mal rollito y una protagonista que sabe asustarse. No es que la película haya inventado el agua tibia (de hecho, pueden detectarse aquí y allá claras influencias de muchos otros éxitos recientes del terror como Rec o Alta Tensión), pero como decía antes, cumple bien su cometido. A propósito, y como valoración muy positiva, he de decir que desde Juegos salvajes no recuerdo haber visto un uso tan creativo de los títulos de crédito finales, pues decididamente aportan información decisiva para acabar de entender la historia, dando a lo que acaba de verse una dimensión completamente nueva (y bastante más terrible de lo que había parecido hasta ese momento, por cierto).


Si había un pase al que iba casi totalmente a ciegas, ese era el de Carne de neón. Nos atraía sobre todo Macarena Gómez (que, por cierto, estaba in person detrás nuestro en las taquillas, pero fuimos unos rajados y no le dijimos nada) y el hecho de que la dirigía Paco Cabezas, el responsable de aquel grandísimo divertimento que es Sexy Killer. Pues bien, menudo sorpresón. De hecho, digo desde ya que es seguramente la película que más he disfrutado en lo que llevamos de año (dentro y fuera del festival) y, sin la menor sombra de duda, la que tuvo una ovación más larga después de su pase (aquellos aplausos parecían no acabar nunca). Vale que no es cine fantástico ni terrorífico... pero qué grande es. Una historia más o menos coral de delincuentes "de buen corazón" muy al estilo de Guy Ritchie, sólo que por suerte, Cabezas sabe llevar la historia a su terreno y lograr un producto que, a mi entender, supera lo que he visto hasta ahora de la cinematografía del inglés. De factura más que impecable (la frase más repetida a la salida del cine será la, a estas alturas, ya un tanto cansina y absurda "No parece española"), con un ritmo endemoniado, tantos momentos hilarantes como de violencia explícita, una historia que engancha desde el minuto uno y jamás decae, unos personajes bien armados y, por suerte para todos, unas interpretaciones que están a la altura de todo lo demás. Leí por algún sitio que Mario Casas repite algunos de sus tics habituales, pero a mí me pareció perfecto para el papel. Aunque quien de verdad se lleva el gato al agua es Vicente Romero, al que yo creo que nadie lo salva de (por lo menos) una nominación al Goya como mejor actor revelación. Muy pero que muy recomendable, no os la perdáis.


Esta entrada la compramos tan sólo por llenar el hueco que nos había dejado otra que se nos cayó y, la verdad, aunque iba con las expectativas por los suelos, acabó siendo una sorpresa agradable. Y es que, ¿qué más se puede contar en tema exorcismos cuando ya tenemos películas como El exorcista o El exorcismo de Emily Rose? La verdad es que la pregunta es como para ponerse escépticos. Sin embargo, The last exorcism logra ser un falso documental que fundamenta sus mayores bazas en un personaje principal yo creo que nunca visto hasta ahora (¿un sacerdote charlatán y avaro que ni siquiera se cree sus propios exorcismos?) y, por supuesto, en lograr de forma muy habilidosa que el público haga suspensión de incredulidad con unas escenas que destilan realismo en todo momento. Mal rollo, tensión, una historia que (al igual que ocurría con la primera del día) no inventa el agua tibia pero funciona... y, como guinda, un final más o menos sorpresivo que no conviene revelar.

SITGES 2010: PRIMER DÍA


Ya estamos de vuelta. Del festival de Sitges, en concreto. Este es el tercer año consecutivo que vamos y he de decir que, después del relativo chasco que nos llevamos el año pasado, hemos recuperado un poco el buen sabor que nos dejó nuestra primera edición. Lo cual significa, en resumidas cuentas, que ha habido un poco de todo y, en líneas generales, nada terriblemente desastroso (ningún "último George A.Romero", por ejemplo... aunque el último John Carpenter no es que sea para tirar cohetes, dicho sea de paso). Durante los próximos cuatro días, pues, voy a comentar lo que vimos día a dia. Empezamos con el viernes...


Sospecho que Catfish será una de esas películas a las que el marketing acabará perjudicando más que ayudando. A este respecto, ya sólo el slogan empieza con mal pie: "No dejes que nadie te cuente lo que es." Y es que, entre lo que nos vende el trailer y lo que se va sugiriendo con el desarrollo de la trama, uno sospecha que este ¿falso? documental en torno a la ciber-relación entre un fotógrafo y la hermanastra de una pequeña pintora le tiene deparada una media hora final tremenda, llena de tensión y malos rollos. Pero el caso es que no, o al menos no de forma evidente: Catfish tiene sorpresa final, sí, pero menos rocambolesca de lo que uno espera. Y te pone mal cuerpo, sí, pero de forma más cerebral que visceral. No es una película de terror, aunque lo que pasa en ella es como para echarse a temblar (o por lo menos, como para darte que pensar). Podría decirse que es una bastante interesante comedia dramática con escapes muy, pero que muy soterrados al terror. Lo malo es que el trailer vende otra cosa... y como decía al principio, seguramente esto acabará pasándole factura.


Y de un ¿falso? documental a un documental con todas las de la ley. Así comenzaba la noche dedicada a la figura de Paul Naschy, seguramente el gran icono del cine de terror patrio. Una pieza producida por Scifiworld, hecha con todo mimo y presentada nada menos que por Mick Garris. Personalmente, no las tenía todas conmigo, pero he de admitir que aparte de profundizar en un personaje al que hasta ahora conocía más bien poco, se me hizo entretenidísima y de lo más curiosa, sobre todo gracias a los testimonios llenos de cariño y humor de decenas de personas que trabajaron, convivieron y admiraron a esa rara avis de nuestro cine. Si os interesa, os dejo un enlace con los cinco primeros minutos del documental, que francamente vale la pena.


¿Qué mejor modo de proseguir la noche que con la proyección de una de las películas más buscadas de Naschy? Se trata de una pieza para los muy fans, obviamente, con el ritmo propio de la época, una factura más bien modesta (por no decir barata) y una serie de defectos que se suplen con el obvio amor por el género que sentía su autor. A destacar, la vertiente marcadamente romántica que se le da al personaje del conde, muchos años antes de que John Badham hiciera lo propio (y aún más años antes que Francis Ford Coppola, claro). Desgraciadamente, se trata de una cinta que ha envejecido mal, y pese a que tiene sus momentos (la aparición de esa especie de muertos vivientes en el castillo o la muerte de las dos vampiras por efecto de la luz del sol), es una lástima que las flaquezas acaben pesando más que los aciertos. En cualquier caso, algo hay que reconocer: los momentos de jocosidad involuntaria del film son de todo punto impagables (véase la muerte de Drácula, sin ir más lejos).


Lo reconozco: La sombra prohibida era seguramente lo que más me apetecía ver de todo el festival. Por desgracia, no puedo decir que la (relativa) decepción que me llevé se debiera a unas expectativas sobredimensionadas: la segunda parte de La herencia Valdemar es un film marcadamente irregular, eso salta a la vista y es innegable. Creo que su mayor defecto es la constatación de algo que, en mayor o menor medida, ya sospechábamos: las dos películas podrían perfectamente haberse fusionado en una sola y todos hubiéramos salido ganando. Lo malo es que, allá donde en la primera parte no había metraje de más y todo parecía más o menos ajustado a la historia, en esta segunda hay demasiadas secuencias y elementos que dan la impresión de sobrar (ese epílogo excesivamente explicativo, casi anticlimático), demasiadas escenas que no aportan nada más allá de una tensión cuyo desenlace ya conocemos de sobra (qué pena de flashbacks, sobre todo los que le cuenta Silvia Abascal a la gitana) y, en definitiva, una historia que no deja de sorprender dentro de su puntual torpeza narrativa, sobre todo habida cuenta de la eficacia casi modélica con que José Luís Alemán nos narró la trágica historia del matrimonio Valdemar en la primera parte. No sé a qué se debe este pequeño bajón en la calidad del binomio, pero no me extrañaría que las críticas encarnizadas (y creo que irracionales) a la primera parte hayan hecho su mella en Alemán, que en esta segunda parece haber querido contentar a todo el mundo menos a sí mismo. En cualquier caso, hay que reconocer que sigue siendo un film de una factura notable, muy entretenido, con más acción que su predecesor y, si bien yo creo que menos ambicioso a nivel artístico, un producto con un acabado bastante satisfactorio, en líneas generales. Sin duda, hay que rendirse a la evidencia de que el binomio La herencia Valdemar no ha acabado siendo "la gran obra del moderno cine fantasterrorífico español" que servidor esperaba... pero eso no es malo. A fin de cuentas, sigue siendo una piedra más en esa nueva cinematografía patria que ya lleva unos cuantos años construyéndose. Y eso nunca puede ser malo.


Me despido con una foto de servidor haciendo auto-photocall a las puertas del Auditori Melià. Mañana, más.

miércoles, 6 de octubre de 2010

"PORNOGRAPHY: A THRILLER", UN DAVID LYNCH LGTB

¿Qué sería de la cinematografía contemporánea sin la filmografa de David Lynch? Parece esta una pregunta tan obvia como su respuesta: definitivamente, otra cosa. Y es que la influencia del autor norteamericano ha acabado convertida en una sombra alargada que va tocando más obras de las que tal vez parezca a simple vista. ¿Cómo serían las series televisivas actuales, de no haber existido Twin Peaks? Francamente, eso es algo que nunca sabremos. Y sin embargo, no todo el mundo es David Lynch, por mucho que se empeñen y por muy bien que hayan digerido los mecanismos que más han caracterizado su obra. Aún con todo, seguimos encontrando obras que nos remiten directamente a él de forma más o menos conseguida (recordemos El maquinista) y, tal vez no tan a menudo, obras que se atreven con los resortes más crípticos, más resbaladizos, y posiblemente más criticados, del grueso lynchiano. A este último grupo pertenece, sin duda alguna, Pornography: A thriller.


Escrita y dirigida por David Kittredge, esta película de aroma marcadamente independiente supone, más que un análisis concienzudo de un momento determinado de la industria del porno (como, por otro lado, sí ocurriera con Boogie Nights), una fantasía oscura que toma como referencia el mundo del porno gay para adentrarse en los infiernos de varios personajes. Así, sirviendo como arranque la misteriosa y casi mítica desaparición de una antigua estrella porno, la historia se bifurca en dos episodios más: el primero, protagonizado por un periodista que está escribiendo una Historia del porno gay y que, en el transcurso de su investigación, destapa secretos que deberían haber permanecido ocultos; el segundo, protagonizado por un actor porno que pretende dirigir y protagonizar la biografía de la estrella desaparecida, pero que desgraciadamente acaba metiéndose demasiado en el papel.


El sabor lynchiano recorre la cinta prácticamente desde el primer fotograma, remitiéndonos concretamente a Mulholland Drive (la aparente paranoia y cruce de personalidades dentro de un estado mental específico), INLAND EMPIRE (los hechos inexplicables durante el rodaje de una película, llegando a fusionarse realidad con ficción) e incluso Twin Peaks (los hechos que rodean la desaparición de la estrella porno alcanzan casi la misma aura mítica que los que rodearon la desaparición de Laura Palmer... eso por no mencionar que ambos personajes comparten ese cierto aire trágico de ángel caído que, en el fondo, sueña con recuperar sus alas).

Resulta complicado decidir hasta qué punto Pornography: A thriller alcanza sus objetivos, dado que estos resultan ser bastante resbaladizos. Por mi parte, puedo decir que tiene unas actuaciones bastante decentes y que la historia, ambigua e inquietante, logra algunos momentos de ensoñación y misterio no poco conseguidos. ¿Es eso bastante para recomendarla? Tal vez sí o tal vez no, como suele ocurrir con este tipo de historias, que muchas veces no sabes dónde empieza el misterio y dónde acaba la tomadura de pelo. Personalmente, yo la recomendaría, sobre todo, a los muy fans de David Lynch que saben no caer en el talifanismo, es decir, aquellos que saben apreciar una historia con sus misterios (aunque no se expliquen todos -ni la mayoría- al final). Para los que prefieran una historia perfectamente cerrada y modélicamente contada, mejor cambien de canal.

ACTUALIZACIÓN: Se me olvidaba comentaros una noticia. A partir de hoy, soy miembro de Nocte, La Asociación Española de Escritores de Terror. ¡¡YUPI!!

domingo, 3 de octubre de 2010

"LA LOTERÍA" DE SHIRLEY JACKSON: ¿LA OPINIÓN GENERAL ES SIEMPRE LA MEJOR?

No nos cansaremos de repetirlo: de todos los géneros de ficción, muy pocos (¿tal vez la ciencia-ficción?) saben diseccionar nuestra realidad inmediata y tomarle el pulso de forma tan esquinada y, a la vez, certera como lo hace el terror. Y es que allí donde mucha gente sólo ve inofensivos cuentos de fantasmas y monstruos, muchos otros vemos estudios nada inocentes sobre la naturaleza humana. Pero aún yendo más allá, los hay que lo tienen clarísimo en este sentido: el peor fantasma, el peor monstruo, no es otro sino el que duerme dentro del ser humano.

A este último género de observadores pertenece, sin duda alguna, Shirley Jackson (1916-1965), extraordinaria autora norteamericana que, pese a no ser globalmente tan popular como otros colegas masculinos (no voy a dar nombres, todos tenemos alguno que otro en la cabeza), ha sabido como pocos meter el dedo en la llaga de aquellos miedos y males de los que no nos gusta demasiado hablar.


Si bien Shirley es más conocida por novelas como The Haunting of Hill House (1959) (no en vano, adaptada varias veces a la pantalla grande), es gracias a uno de sus relatos cortos, The lottery, que logra entrar pisando bien fuerte en las conciencias del norteamericano medio. Publicado el 26 de junio de 1948 en The New Yorker, este relato que, pese a su poderosa carga simbólica, hoy nos podría parecer incluso suave a la hora de hablar de los peligros de las sociedades grupales, logró levantar una auténtica polvareda entre la opinión pública en el momento de su publicación, llevando a muchos lectores a que cancelaran su suscripción a la revista y, ya en los casos más radicales, incluso a que enviaran cartas llenas de odio y reproches (muchas de las cuales, irónicamente, lograron acabar atemorizando a la autora de aquel relato que ellos consideraban terriblemente amoral).

Tal y como comentó Shirley en su día: "Es muy difícil tratar de explicar lo que quería que contara la historia. Supongo que esperaba impactar al lector ambientando en el presente y en mi propio pueblo un rito antiguo y particularmente brutal a través de una dramatización gráfica de la violencia absurda y la deshumanización general que hay en nuestras vidas."


Aunque muy polémica y repudiada en su día, hoy The Lottery es considerada una pequeña joya de la narrativa norteamericana y, por lo visto, ha sido adaptada varias veces a distintos medios, desde la radio hasta la televisión o incluso al ballet. Sin más que añadir, pues, os invito a que leáis este perturbador relato, o bien en su versión original, o si así lo preferís, en una versión traducida que he encontrado.