lunes, 6 de diciembre de 2010

CAPERUCITAS ROJAS

Posiblemente, mi cuento de hadas favorito es Caperucita Roja. No sé qué hay que me fascina tanto en esa historia de una niña (aunque la mayoría de adaptaciones retoma convenientemente la componente erótica de la versión de Charles Perrault y hace de ella una adolescente) que ha de cruzar un bosque milenario para llevar una cesta con comida a su abuela convaleciente y, por el camino, despertar a la sexualidad de la mano del gran lobo feroz. No me cansaré de repetirlo: si queréis indagar en las raíces y múltiples reelaboraciones que este mito ha tenido durante la Historia, lo ideal es leer el ensayo Caperucita al desnudo, de Catherine Orenstein. Y sin embargo, es un libro que sigue quedándose corto, pues las relecturas no dejan de sucederse, como si aún quedara mucho por decir... o por explotar, según el caso.


Parece ser que esta vez le toca el turno con Little Red Riding Hood, la adaptación cinematográfica que Catherine Hardwick acaba de rodar y que, tras su Crepúsculo, no sería de extrañar que adaptara esta metáfora sobre los peligros del despertar a la sexualidad a las nuevas corrientes de moda sobre jovencitas virginales atraídas por jovencitos depilados y con toque paranormal de turno. Cámbiese vampiros por licántropos y, probablemente, tengamos las claves de lo que nos ofrece esta nueva versión del cuento de Perrault... y si no, me remito al trailer, con una Amanda Seyfried que, eso sí, parece perfecta para el papel protagonista:



En cualquier caso, esta (¿inesperada?) puesta al día del cuento clásico me parece que proporciona una oportunidad perfecta para hacer un pequeño repaso a aquellas encarnaciones de Caperucita Roja que me parecen más reseñables dentro del mundo audiovisual. Me ciño básicamente a cortos y largometrajes, dejando fuera (con todo el dolor de mi alma) maravillosas adaptaciones como la del anuncio de Chanel nº 5.


En el cortometraje de David Kaplan, una Christina Ricci pre-delgadez-extrema daba sus aún voluptuosas formas púberes a una adaptación fiel tanto al original de Perrault (si mal no recuerdo, estaba narrada en verso, nada menos que por Quentin Crisp) como a algunas versiones orales del cuento no sólo más antiguas, sino también más retorcidas (Caperucita exhibe una astucia mayor de lo que nos suelen pintar... aunque sin llegar a los niveles que iremos viendo posteriormente). Una rareza no poco recomendable.


En Le dernier Chaperon Rouge, alucinado y pseudo-futurista cortometraje francés de imagen fuertemente enraizada en los mundos de Jean-Pierre Jeunet, la actriz Emmanuelle Béart compuso una de las Caperucitas más sensuales que recordamos. Se sigue jugando con la mezcla de candidez y erotismo, pero sus exhibiciones de poder son aún demasiado dubitativas como para no seguir hablando de una fantasía sexual masculina hecha carne, básicamente. Pese a todo, su condición de cuento oscuro, su estética fascinante y una pequeña vuelta de tuerca a la historia tradicional (sobre todo, en lo que a las intenciones de la abuela se refiere) son bazas lo bastante poderosas como para recomendarla.


Anna Paquin nos dio con su papel en la espléndida Truco o Trato una inesperada relectura de Caperucita Roja, que si bien no tiene mucho de original en sí misma, sí lo tiene en cómo queda reflejada en la pantalla, en cómo se adapta a la temática del film y, sobre todo, en el modo con que juega y retuerce las expectativas del público tipo de esta clase de films. Una relectura con un buen twist final que, por qué no reconocerlo, hace de este segmento (si de segmentos podemos hablar en un film episódico tan poco episódico) posiblemente el más memorable de la película.


Es posible que, hasta la llegada de Freeway, nunca antes nos hubiéramos encontrado con una versión de Caperucita tan rematadamente gamberra, de un humor negro maravilloso, y tan necesaria para describir la realidad inmediata. En ella, Reese Witherspoon se convierte en una impagable Caperucita suburbial que, tras una serie de contratiempos familiares, se ve obligada a irse en coche en busca de la abuela a la que apenas conoció. Por desgracia, un problema con el motor la deja tirada en plena autopista... al menos, hasta que un amable psiquiatra llamado Dr Wolverton (¿hacen falta explicaciones?) se ofrece amablemente a ayudarla. A partir de aquí, una espiral de violencia, sadismo psicológico y muy mala uva, en la que, llegados a un punto, ya no sabemos quién es el acosador y quién el acosado.


Antes decía que, hasta la llegada de Freeway, no habíamos conocido una adaptación tan necesaria para describir la realidad inmediata. Y así siguió siendo, desde luego, al menos hasta el aterrizaje de Hard Candy, que optaba por olvidarse de las coartadas cómicas y cuasi cartoonescas de la anterior para ofrecernos la visión más oscura, perversa y terrorífica que hay a fecha de hoy (me cuesta imaginar que se supere) del cuento de Perrault. Esta vez, el papel de Caperucita es interpretado por Ellen Page, dando vida a una menor de edad (¿o, al final, no era menor?), que se cita a ciegas con un treintañero con el que ha estado chateando, sin sospechar los peligros que puede entrañar semejante encuentro. Una película opresiva, de moral difusa, por momentos casi insoportable, llena de giros inesperados y sin la menor concesión a la piedad. Y, por si esto no fuera suficiente, nos regala una interpretación prodigiosa tanto por parte de Page como de su compañero de reparto. Sin duda, un clásico de lo que llevamos de siglo.


Y he aquí la película que me enseñó a amar el mito: En compañía de lobos, de Neil Jordan, adaptación ejemplar del relato homónimo de Angela Carter, así como de Licantropía y Lobalicia. Si alguien cree que Catherine Hardwick ha inventado el agua tibia con su nuevo film, quizás debiera echarle una ojeada a este cuento de despertar a la sexualidad, con una sensual Caperucita (Sarah Patterson) atraída y repelida al mismo tiempo por esos enigmáticos hombres salvajes del bosque, que son peludos por dentro y a los que las cejas se les juntan. Nunca antes el mito de la joven atraída por el lobo feroz había brillado con tal intensidad. Nunca antes el misterio del bosque milenario fue presentado con tal exuberancia. Nunca antes se habían mostrado con tal certeza las leyendas europeas sobre los hombres-lobo. Una película que te atrapa desde el primer visionado y que, al menos en mi caso, se me ha quedado dentro. Imprescindible.

10 comentarios:

  1. Buenísimo!
    A mí también siempre me fascinó la historia de Caperucita,y también empecé a hacerlo gracias a En compañía de lobos..."no confíes en un hombre cuyas cejas se juntan..."

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  2. Gran entrada. No tenia ni idea de la existencia de la versión protagonizada por Ricci, pero por suerte si había visto la protagonizada por Emmanuelle Béart que me parece simplemente maravillosa y original. "Freeway" es genial y "En compañia de lobos" imprescindible.

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  3. ¡Hay que ver lo bien que queda el rojo sobre la nieve! Si me encuentran sepultada en un alud, que sea vestida de rojo.

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  4. La verdad que nunca me ha llamado para nada la atención el cuento de Caperucita, ni si quiera me había molestado en ver el trailer (hasta ahora) de la nueva película que se estrenará el año que viene.. Y vamos, sigo en mis trece, la única película de todas las que citas que he visto fue "Hard Candy", para mi una de las mayores sobrevaloraciones de lo que llevamos de siglo, dándose la mano con Amelie!!

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  5. Al parecer no estoy nada puesta en lo que a las adaptaciones de Caperucita se refiere. Vi el trailer de esta última en el cine, y sentí entre miedo, rechazo e intriga, porque la verdad es que a mí el cuento de Caperucita siempre me ha atraído también, pero me da "pena" que hagan de él otro Crepúsculo para que las nuevas niñas puedan decir "líbranos del mal, amén".
    ¡¡¡Cómo me gustó Hard Candy!!! Y eso que sólo la he visto una vez. Tengo que volver a verla.

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  6. Ya tardabas ya en hacer un especial caperucita en este blog.. Muy mal! Falta de puntualidad XD

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  7. LAVINIA: No, por Dios, de muertes en la nieve nada, ¡no nos des un disgusto! xDDDD

    STIGMA: Cómo me conoces: ya llevaba tiempo planeando esta entrada, pero la peli "seyfriedsta" me ha venido al pelo. :P

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  8. Me ha atrapado la escena del trailer en la que van los dos andando por la nieve, ella con una capa larga roja.... y el rojo es mi color. ¡No tengo ni siquiera un abriguito rojo de paño! Voy rauda a Zara carretas... o mejor a Lefties, que está al lado, y ando justa de pelas.... besos.

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  9. Escribí por aquí y me temo que mi mensaje voló (a veces se me olvida la clava anti-spam). La próxima versión de Caperucita no me llama mucho, parece Crepúsculo, lo único interesante es la ambientación estilo El Bosque. Me hace mucha gracia Anna Paquin en Truco o Trato, es la mejor definición de Caperucita moderna. Un saludo Caótico.

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  10. Has hecho una entrada de caperucitas muy variadas y me las has recordado.

    Aunque sigo pensando que "En compañia de Lobos" es bellisima, esteticamente hablando, y mas...
    Me encantaria volver a verla.

    Buscare el corto de C.Ricci que no lo he visto o no me suena, la foto de Ricci es como dices a veces, muy cuqui! ;).

    Bss!

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