miércoles, 24 de febrero de 2010

TORTURE PORN: UN TÉRMINO PELIAGUDO

Si hay un concepto que actualmente mantiene a los fans del género de terror en un eterno debate, ese es sin duda el llamado "torture porn". El término, acuñado por el crítico norteamericano David Edelstein para el film Saw, se refiere a esas películas que basan prácticamente todo su gancho en recrearse en la violencia y ensañamiento sobre una o varias víctimas, las cuales muestran de modo bastante gráfico, y a menudo, aunque no necesariamente, acompañándolas de desnudos. Obviamente, y a pesar de que la palabra aparece en la propia denominación, nada tiene que ver con la pornografía, sino más bien con la explicitud de unas escenas de violencia encarnizada que parecen tener toda razón de ser en sí mismas, y que siempre según la insinuación del término, se supone "estimulan" al público.


Visto así, casi podríamos decir que un "torture porn", en el sentido más estricto de la expresión, podría ser una dramatización de una "snuff movie", sólo que con algo más de guión, historia y variedad de escenarios. No es de extrañar, por tanto, que el relativo auge de este sub-género haya acabado levantando ampollas, por todas las implicaciones que parece tener su éxito. Algunos expertos en el género, como Stephen King, están a favor de él; mientras que otros, como Clive Barker, lo rechazan de forma casi tajante. Y es que, ¿cuando triunfa un film que todo lo que ofrece es, supuestamente, una sucesión de escenas de violencia salvaje y ensañamiento sin mensaje alguno, qué dice eso de la sociedad que lo consume? No es una pregunta de fácil respuesta, desde luego.


Por otro lado, ¿qué puede considerarse "torture porn"? Si nos ceñimos a la definición del término, y aún con todo lo que de atrevido pueda tener la siguiente afirmación, casi podría decirse que tiene mucho más de "torture porn" un film como La pasión de Cristo (que, mudamente o no, fascina al público con la recreación explícita de la tortura de un ser humano semi-desnudo durante gran parte de su metraje) que algo como Las colinas tienen ojos.

Mi posicionamiento personal en cuanto al debate es ambivalente. Dejando de lado la curiosidad morbosa que despierta (algo, por otro lado, creo que casi inherente al ser humano), pienso que algunas películas han rescatado cosas muy interesantes usando el sub-género, mientras que otras no aportan nada más que sangre y vísceras sin sentido. A continuación os dejo un pequeño ranking de los films más o menos icónicos que hay que ver para entender el tema. Los he gradado de menor a mayor interés, a mi juicio.

4-HOSTEL


El film de Eli Roth fue uno de los estrenos más polémicos de 2006, y tal fue su éxito que generó una secuela. Las aventuras de unos jóvenes americanos por Europa del Este se saldó con un baño de sangre, torturas y sadismo convertido en comercio. El director aseguró que el film era una reflexión sobre lo lejos que está llegando la fascinación por la violencia, pero pocos vieron el menor peso moral a la película. Ni siquiera el maestro Clive Barker, tal y como dejó patente a su paso por el último festival de Sitges.

3 - SAW


Estrenada en 2004, Saw es la película que abre la veda (y que la continúa, con sus sucesivos remakes que ya la han convertido en rentable franquicia, pese a las reticencias de nuestra ministra de cultura). Supuestamente, con un peso ético aparente algo mayor que el de Hostel, dado que todas las torturas vienen con mensaje... y sin embargo, a mí se me quedó el regusto de que era un quiero y no puedo de la infinitamente superior Seven. Pues allí donde Seven dejaba en una sugerencia totalmente en off las torturas y se centraba en un mensaje muy potente, Saw opta por cargar las tintas en las torturas en pos de un mensaje más bien flojillo y, a mi entender, muy poco convincente.

2-THE BUTCHER


Apuesta coreana para el género del "torture porn", su mensaje es la película en sí: la violencia no tiene nada de divertido. Sadismo nada estilizado, incómodo hasta grados insospechados y, pese a ello, no siempre en primer plano. Varias personas secuestradas esperan a ser torturadas por unos desconocidos en una fábrica abandonada. Todas ellas llevan cámaras atadas a la cabeza, de modo que la película juega de forma bastante retorcida con el cambio de perspectivas y el off. Mientras Hostel y Saw se divertían enormemente con sus fantasías de violencia, The butcher te lo hace pasar tan mal con su hiperrealidad que deseas que todo acabe lo antes posible.

1-MARTYRS


La segunda película de Pascal Laugier aún no ha parado de cosechar premios allí por donde ha pasado, gracias a una historia original e incómoda, de la que es mejor no revelar mucho. Sin la menor duda, y pese a su tan cacareada violencia (que, visto lo visto, tampoco lo es tanto), resulta ser el film más emocional y reflexivo de los cuatro aquí mencionados. Una pequeña joya que no hay que perderse.

13 comentarios:

  1. yo realmente estoy a favor de mostrar todo lo que sea necesario pero no de forma gratuita.. no se si me explico bastante bien... a mi Hostel me pareció una meméz y realmente no soy nada fan de la saga Saw.. por cierto, creo que eres el único que habla maravillas de Martyrs porque a mi alrededor bastante gente la pone a caer de un burro (yo aún no he podido verla).

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  2. Yo no sé si es que he visto ya demasiadas películas de terror pero cuando vi Martyrs en sitges me quedé tan pancho. Me gustó más o menos pero no cerré los ojos ni nada de eso (¡qué envidia poder tener miedo como esas chicas que gritan cuando van al cine y lo pasan mal!). No he visto The Butcher pero las otras tres no me disgustaron en absoluto. La primera de Saw me parece muy original y creo que tiene buen suspense porque al principio nadie sabe de qué va ese encierro de los dos protagonistas y no sabes cómo va a acabar. No es por supuesto Hitchcock (¡sacrilegio!)pero a mí personalmente es una de las que más me han sorprendido en los últimos años. Las continuaciones de Saw sí que son bodrios dicho sea de paso.

    Saludetes.

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  3. A mi me pasa algo curioso y es que hoy por hoy veo Saw XXVLC, o la que toque, y ya no me revuelve tanto, pero veo La Matanza de Texas, la clásica, y se me pone el vello de punta. Quizás por saber inconscientemente lo que significó en su momento, o quizás porque de verdad hay formas y formas de inquietar con la violencia, no sólo enseñando cómo explota un craneo cual sandía.

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  4. Estoy totalmente de acuerdo en tu apreciación sobre La pasión de Cristo; la violencia resulta mucho más gratuita que en Las colinas tienen ojos, en cualquiera de sus dos versiones. Aunque personalmente Hostel y Saw no me emocionaron en absoluto [y mira que soy fanática del género] pero me parece que lo que sucede en Saw, con esa moralina de clase de religión, es absolutamente ridículo al lado de películas como Funny Games, por poner un ejemplo, que ni siquiera cae en la trampa de moralizar a la gente. En fin. La de Martyrs me la apunto. Pero me extraña que Clive Barker haya censurado algo como Hostel.... mhhh, me da que pensar, la verdad.
    Oye, me encanta tu blog, por cierto. Un saludo!

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  5. A mi esto de la tortura no me llama nada, no es el tipo de mal rato que me gusta pasar, prefiero más el rollito suspense, terror (psicológico), que coger número para la carnicería.

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  6. Voy a hacer un añadido, y ya que estamos, un par de preguntas al foro, a ver que pasa. Para mí, el -creo- mal llamado "torture porn" no tiene nada de novedoso, y mucho menos de particular, y si no -y aquí viene la pregunta, compañeros-, ¿qué diferencia sois capaces de encontrar entre los llamados "slashers" de los 70-80 (donde torturas, sangre y desnudos eran básicos) y los "torture porn" de este nuevo siglo? Para mí, y así empiezo el debate, no hay la más mínima diferencia. Entonces, ¿por qué bautizar al mismo caballo con dos nombres distintos?

    P.D.: Encara no t'has ficat com a seguidor al meu blog, eh pillín?

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  7. "Torture porn"! Buen término. Al principio creí que hablabas de mezcla de pornografía sexual y ensañamiento violento, y me ha recordado a un título que vi que proyectaban en Sitges, titulado "The Human Centipede"... cuyo argumento es tan desagradable que no voy a comentar.

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  8. Una entrada interesantísima. Enhorabuena, Javier.

    A ver cómo explico mi caso. Soy aficionado al cine pero tengo un grave problema: no me interesan en absoluto las películas en la línea "torture porn".

    Estoy tratando de escribir algo elaborado para no caer en el juicio obtuso e implícito de quien las ve... pero me las veo y me las deseo.

    Quiero decir... aguanté La pasión de Cristo media hora y no más, cinco minutos de Saw y porque la echaban en la tele, no pienso alquilar Hostel jamás, con el cartel de mugre salvaje ya me sobra...

    Si vi completa Funny games -que juega en su propia liga de violencia irracional en pantalla y de narracion ultrarracionalista detrás de ella- fue porque lo hice acompañado y quedaba feo quitarla... y aunque reconozco que fue una experiencia personal intensa, no la repetiría ni harto de vino. No es que pasara miedo o no durmiera esa semana. Es que no me aportó más que enfado con el director. Ganas de gritarle ¿qué coño quieres? ¿joderme? ¿hacerme sentir mal? Muchas gracias, Michael, a ver si te dan un oscar pronto... hermoso.

    Por tanto: ¿me pasa algo? ¿Tengo algún problema, doctor? ¿Me excedo en sensibilidad? ¿Por qué no obtengo placer contemplando la recreación ficticia de la tortura? que por cierto, me parece una de las formas de sufrimiento más indeseables...

    En cualquier caso, me parto con el gore bien hecho y disfruto la violencia de Tarantino o de Parch Chan Wook... porque para mi el asunto se resume como la frase coñazo de las actrices que se despechugan... "si el guión lo justifica"... pues lo hacemos... pero media hora de teta en primer plano... pues no veo la fascinación en ninguna parte... ni siquiera si la teta está siendo cortada en cachitos... ¿es la satisfacción de un institno primario? ¿por qué no lo he desarrollado?

    Eso en cuanto a la ficción cinematográfica.
    Con respecto a formatos de captación directa de la realidad: pues no vería una snuff movie ni haciendo una tesis sobre el pelo de Goldie Hawn... ¿para qué? No me considero más cuerdo ni menos violento por ello, es sólo que pienso: ¿cuál es la finalidad de asimilar a través de tus sentidos y en tu consciencia actos que desearías que no ocurrieran? Porque todos deseamos que no ocurra la tortura, hasta ahí estamos de acuerdo... ¿no?

    Ya sé que no por dejar de mirar, deja de suceder, pero ¿qué necesidad hay de recreare en ella mientras comes palomitas?

    Tampoco puedo comer mientras veo el Telediario. Evito cualquier información de sucesos a toda costa. Lo siento por Pedro Piqueras.

    Por último, y cambiando otra vez el nivel, en la realidad tal cual no soy de los primeros en girar la cabeza hacia un accidente. De hecho, a veces ni la giro, porque me parece de coña que todo el mundo lo haga con semejante entrega, como si fuera lo más relevante que va a suceder en sus vidas: contarle a las vecinas que vieron las tripas del conductor.

    Supongo que he canalizado el morbo hacia otro tipo de conductas, experiencias, imágenes, sonidos o acciones -que considero más elaboradas-, pero la violencia por la violencia no me atrae en absoluto. Aunque pueda llegar a fascinarme qué la genera. Viva Cronenberg. Y viva la gente que prefiere estudiar la historia a coleccionar tanques en miniatura.

    Eso sí, entiendo que cualquiera que haya leído esta basura desee torturarme...

    LA CONCLUSIÓN -a lo question way- DE TODO ESTE PLANTEAMIENTO DIFUSO ES:

    ¿Puede alguien explicarme con honestidad qué encuentra de actractivo en una película sobre la TORTURA per se?

    Moléstense sólo aquellos que tengan una respuesta más compleja que "porque sí" o "para pasar el rato"... que precisamente me parecería la contestación más enfermiza.

    Besos. Quiero aclarar que aunque mi postura pueda resultar conservadora, soy un auténtico degenerado en millones de aspectos. Tampoco entiendo el barroquismo español...

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    1. Hola, la verdad me tomé el tiempo en leer toda tu teoría y solo podía pensar en una cosa, hablas tan lindo que enamoras y simplemente me resulta exquisito leer a alguien que se expresa como tú, es sumamente cautivador.

      Besos y sigue dando tu punto de vista para otros temas, me encantaría seguir leyéndote.

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  9. TONITUNANTE: Está claro: pa gustos, sufrimientos. XD

    PACO QUEVEDO PUCHAL: Yo sí veo una diferencia. De hecho, me esforcé por ir marcándola más o menos cuando escribía, pero no sé si llegué a hacerlo bien. Las pelis que tú mencionas se recrean en la muerte, como mucho en el sufrimiento. En cambio, estas otras se recrean no tanto en la muerte (que es el final), sino en la tortura, el sadismo. No es lo mismo ver a Jason degollando a una joven, o empalándola, que ver a alguien que aplaza la muerte de su víctima y se dedica a hacerle todo tipo de perrerías con el fin de torturarla y sufra. Supongo que esa es la diferencia.

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  10. Personalmente opino que el torture porn es el sucesor natural de los slasher de los 70 y 80. En los slashers se trataba de coger al adolescente de turno y matarlo rápidamente, eso ya no basta, ahora no da miedo la muerte en sí misma, sino que esta llegue tras un largo sufrimiento que es en si mismo el fin del torture porn.

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  11. Sabia que Martyrs iba a llevarse la palma, es la unica de estas con algo de argumento. Hombre, con torture porn creia que ibas a hablar de Guinea Pig, que creo es la que mejor retrata el morbo sexual de la tortura a traves de su desagradable crudeza. Yo tengo una postura ambigua en este tema, por un lado me ofenden y me parecen ridiculas las pelis americanas de torturas que hacen lo de siempre, vendermos al malisimo psychokiller de siempre y las victimas viernes 13. Por otro reconozco el erotismo de este tipo de violencia, no se si conoces a Dolcett, un autor underground de comics donde los personajes son objetos de deseo devorable o destruibles. Es esta violencia, quizas mas surrealista, mas recreativa, donde puedes destrozar lo que amas (eros y thanatos) a traves del juego y la metafora y encontrar en esa descomposicion de lo fisico la esencia del deseo como algo animal. La Bathory desnuda banyada en sangre de virgenes, las heridas abiertas por el metal en Crash, el pene cercenado en holocausto Canibal...
    Creo que la diferencia es mas el trato de documental/apologia del tema frente a uno mas artistico y sugerente.

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  12. DARIO: Pues, curiosamente, nunca he visto "Guinea Pig", aunque por supuesto he oído hablar. No sé si me atrevo mucho con ella, la verdad... pese a lo que parezca, tengo el estómago flojillo para según qué barbaridades. Gracias por tu comment, es muy interesante.

    P.D: A Dolcett no lo conozco, voy a investigar.

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