lunes, 16 de agosto de 2010

ENTREVISTA A SANTIAGO EXIMENO

Hace un par de meses os hablé de Bebés jugando con cuchillos, una extraordinaria antología de relatos de terror y fantástico escrita por Santiago Eximeno, a día de hoy, uno de los máximos exponentes literarios de estos géneros en nuestro país. Pues bien, me complace anunciaros que el señor Eximeno ha tenido la generosidad de responder a esta entrevista elaborada por un servidor, que ahora os traigo en exclusiva. En ella, se nos permite conocerlo mejor, tanto como artista como persona. Espero que os guste y os anime a leer alguna/s de sus obras:


¿Cuándo te nació la afición por escribir (o, dada tu versatilidad, quizás debiéramos decir más bien “por crear”)?

Sería difícil señalar una fecha o un dato concreto. Tengo libretas con fecha de 1992 llenas de arriba abajo de intentos fallidos de relatos, de bocetos de juegos de mesa que nunca terminé, de código incompleto para ficciones interactivas… Recuerdo que con ocho o nueve años editaba con un amigo cómics para los compañeros de colegio. No sé, siempre me ha atraído la posibilidad de crear mis propias fábulas, mis propias historias, pero tardé bastante en decidirme a compartirlo con los demás. ¿Por qué? Porque consideraba que lo que hacía no aportaba nada nuevo, no tenía su voz propia. No era realmente creación. Y entonces, ¿para qué hacer perder el tiempo a los lectores?


Novelas, relatos, microrrelatos, poemarios, cómics, juegos de mesa… No es muy arriesgado afirmar que Santiago Eximeno se atreve con todo. ¿Cuál de todas estas actividades es la que más satisfacciones te da a nivel personal? ¿Por qué?


Me atrae explorar todas las posibles manifestaciones artísticas, incluso aquellas para las que, evidentemente, no tengo talento, como la pintura. Sobre cuál de ellas me proporciona más satisfacciones, es una pregunta que tiene difícil respuesta. En este momento estoy tratando de alejarme del microrrelato, que sin duda es uno de mis géneros favoritos y que más disfruto creando, pero no lo logro. Tengo la sensación de que no tengo mucho más que decir, pero experiencias como la que disfruto en Twitter me animan a seguir. Quiero continuar con el diseño de juegos de mesa, que ahora mismo me apasiona y que está dando sus frutos después de varios años. Ver publicada mi primera novela con una editorial, por ejemplo, fue algo fascinante. O recibir mi primer Premio Ignotus de relato. O confirmar con Edge que iba a publicar el juego de mesa de la serie de Antena 3 de “El Internado”. No sé, cada momento es único, y aunque es evidente que estoy más dedicado a la literatura que a otros géneros artísticos, las alegrías llegan siempre por el lado más inesperado.


Observando tu currículum, queda claro que los géneros que más te interesan, en general, son el terror y el fantástico, o incluso la ciencia-ficción. ¿Qué ves en estos géneros que no te puedan aportar otros como narrador (o incluso como consumidor)?


Sin duda mi género favorito es el terror. Como creador y como consumidor. Desde muy pequeño (gracias, papás) devoraba películas de horror. Y mis padres tenían una biblioteca inmensa donde podía encontrar desde los libros de relatos de Horacio Quiroga al último libro de Stephen King, por lo que también podía sumergirme sin miedo (o con miedo, claro) en las obras literarias que más me atraían. Podría decir que después crecí y leí a Carver y a Faulkner y a Borges y a Kafka, pero en realidad estaba moviéndome en los mismos terrenos pantanosos: la desesperanza, la soledad, lo temible, lo fantástico.

Los géneros fantásticos me permiten escapar de ciertas limitaciones que impone, muy a su pesar, el costumbrismo. El terror en concreto me permite extrapolar los miedos atávicos que todos poseemos y volcarlos para compartirlos con los lectores. Llegar hasta su corazón. Porque la fuerza más poderosa del mundo es el miedo. Es lo que nos mueve. Quizá por eso siempre buceo en los géneros, porque lo que quiero transmitir al lector necesita la fuerza del miedo.

Como lector o espectador quiero que me asombren. Que me lleven más allá, donde todavía no he llegado. Y eso lo obtengo mayoritariamente con libros o películas de género. No quiere decir que no disfrute con otras obras costumbristas (me viene a la mente Almas grises, que he leído recientemente), pero siempre busco en ellas lo oscuro, lo perverso, algo que logre perturbarme y conmoverme.



Háblanos un poco de los autores que más te han influido a la hora de escribir. ¿Hay alguna obra que te hubiera encantado escribir tú mismo? Por otro lado, ¿alguna de la que te horrorizaría haber sido responsable?


Me horroriza gran parte de lo que he escrito, pero creo que eso es algo normal cuando vuelves a leer lo que escribiste hace cinco años. Eso sí, no rechazaría nada ni lo suprimiría. En el momento que lo hice tenía su validez, y más allá de sus errores, muestra lo que yo podía aportar en ese momento. Si no era mucho, qué le vamos a hacer.

Sobre qué me ha influido a la hora de escribir, podría mencionar representantes de todos los géneros artísticos, no solo literarios. No sé, creo que Clive Barker o Ramsey Campbell siempre estarán presentes en todo lo que hago. Y la música gótica. Y Sergio Leone. Y Baudelaire.

Ah, y aunque suene presuntuoso, no hay ninguna obra que haya leído que hubiera querido escribir. No por falta de calidad de dichas obras, ni mucho menos. Creo que probablemente porque lo que yo creo es personal e intransferible, y así veo las obras de los demás. Lo que sí hay son muchas obras que quisiera leer, pero soy terriblemente consciente de que no me dará tiempo a hacerlo.


Bebés jugando con cuchillos me parece una auténtica joya del terror y fantástico: original, arriesgada y admirable desde cualquier punto de vista. Dinos cuál es tu relato favorito y cuál es el que menos te convence. ¿Por qué?


Muchas gracias por los piropos. Bebés jugando con cuchillos es el libro que había querido publicar desde hacía ya varios años, un libro de relatos que recogiera parte de mi producción desperdigada por revistas, fanzines y sitios web. Lo cierto es que es una experiencia que quiero repetir, ya que en las distancias cortas es donde más cómodo me encuentro y, creo, aporto mis mejores textos. Me encantaría emular a Robert Bloch y publicar una veintena de libros de relatos (o más, incluso).

Me resultaría imposible decidirme por un relato de este libro, aunque reconozco que tengo cierta predilección por “Propiedad intelectual”. ¿Por qué? Porque, de alguna retorcida forma, profundiza en el concepto de creación, en particular de mi forma de crear. Y porque es un relato que siempre ha tenido buenas críticas, pese a su crudeza y a su forma, no tan cuidada como en otros.

¿El que menos me convence? Quizá “Origami”, que durante mucho tiempo fue mi relato más conocido y con el paso del tiempo creo que ha perdido cierta fuerza.



Ya generalizando un poco más: ¿cuál es aquella creación de la que estás más orgulloso (no vale decir tu hijo, que me suena que tienes uno…)?


Sin duda mi mujer y mi hija, que siempre están a mi lado, me hacen sentirme orgulloso de ser quien soy. Pero si hablamos de mi obra creativa, de nuevo me costaría decidirme por una en concreto. Reconozco que, por ejemplo, “Invasión”, el juego de mesa que va a publicar Edge Entertainment este año, es una de mis creaciones que más feliz me ha hecho. Feliz porque fue mi primer paso en los juegos de mesa, feliz porque es un trabajo compartido con Pedro Belushi (y me encanta trabajar a cuatro manos) y feliz porque he podido disfrutarlo con mis amigos antes de verlo publicado. El trabajo con el prototipo ha sido muy satisfactorio, y creo que cuando finalmente esté en las tiendas se me va a quedar una sonrisa idiota que me va a durar semanas.


Cuando uno revisa tu web, no puede sino estremecerse ante la larga lista de premios, nominaciones y honores que llevas sobre tus espaldas. Dada la complicada situación editorial en nuestro país, ¿crees que son este tipo de satisfacciones las que ayudan a seguir adelante y no tirar la toalla?


Buena pregunta. Como a cualquier hijo de vecino, me encanta recibir premios. El momento en el que te lo conceden es muy especial, y a veces justifica con creces el esfuerzo invertido en la obra. Pero también es verdad que no puedo tirar la toalla. No son los premios los que me animan a continuar, es la necesidad de crear. Es una adicción. No consigo borrar de mi cabeza las ideas, los bocetos, las imágenes. Están ahí y tengo que trabajar en ellas. Evidentemente los premios me animan a invertir más tiempo en ello, a robarle tiempo a la vida, pero aunque no los recibiera, no podría dejar de hacer lo que hago.


Antes comentábamos que prácticamente te atreves con todo… ¿excepto, tal vez, el terreno audiovisual? ¿Tiene en mente Santiago Eximeno escribir el guión para algún cortometraje o, incluso, un largo?


No creas, ya lo he intentado. Con otros dos autores trabajé en su momento en un guión de cortometraje, pero al final, tras moverlo por varios sitios, lo dejamos aparcado hasta que soplaran mejores vientos. No me veo yo solo intentándolo, ya que creo que el medio audiovisual gana más con el trabajo en equipo. Quizá algún día retome con la misma gente la idea y nos lancemos a ello, pero no sé si nos animaremos. De nuevo lo que nos falta es tiempo, no ganas.


Además de tu labor como creador, hemos de mencionar que tienes tu propia editorial digital, Ediciones Efímeras, desde la que das apoyo a otros autores que cultivan los mismos géneros que tú. ¿Qué es lo que te impulsó a dar forma a este proyecto?


Ediciones Efímeras nació para arropar al ezine Efímero, un pequeño ezine en formato flash que editó ciento treinta y cinco números durante sus cuatro años de vida. Después surgió la idea, junto a Pedro Belushi, de crear relatos ilustrados y distribuirlos gratuitamente en formato PDF, y Ediciones Efímeras me pareció el mejor vehículo para hacerlo. Abrirlo a nuevos autores fue algo natural. Existía por mi parte una inquietud por leer microrrelato y poesía de género fantástico más allá de nombres consagrados, y pensé que con la editorial podría cubrir un hueco que en ese momento nadie tenía en cuenta en el panorama fantástico español.

Ya llevamos seis años de aventura y no tengo motivos para arrepentirme de nada, así que espero continuar otros tantos años más.



Salvo contadas y honrosas excepciones, me da la impresión de que las editoriales españolas se muestran reticentes a la hora de publicar a autores españoles de terror y fantástico. ¿Consideras que, por el motivo que sea, en España estos géneros tienen menos aceptación y difusión que en otros países, como puedan ser Inglaterra o Estados Unidos? Cuéntanos un poco tu visión sobre este tema.


Bueno, es un tema recurrente. Lo que es evidente es que aquí no existe un lector de género como el que existe en Estados Unidos, lo que no permite que se cree un sustento para todos los escritores de género que no están encuadrados en grandes editoriales o que se adscriban voluntariamente al siempre vapuleado fandom. Aquí tenemos autores de terror y fantástico que publican y venden libros sin problemas: José María Merino, José Carlos Somoza, Pilar Pedraza, Elia Barceló, etc. Sí, no todos juegan en las grandes ligas, pero eso no significa que no se publique con regularidad a autores españoles, e incluso algunos autores noveles que dan el salto con facilidad a editoriales alejadas del fandom (pienso en “Fin”, de David Monteagudo, por ejemplo).

Por lo tanto no es un problema editorial, creo yo, sino un problema de la masa lectora, que prefiere ciertos autores y ciertos géneros a otros. Y ni siquiera utilizaría la palabra problema, la verdad.


Una pregunta de mojarse un poco más: ¿qué crees que le falta y qué crees que le sobra a la oferta editorial española, en general?


Le sobran libros. Miles de ellos. Se editan demasiados libros sin lectores objetivos, libros que se amontonan en las estanterías, en los almacenes, incluso en las casas. Sobran libros en la oferta editorial española. ¿Qué falta? Una visión más seria respecto al libro electrónico. Las editoriales españolas no están actuando bien ante la llegada del libro electrónico. Poner trabas absurdas y jugar a mantener la misma estructura que la industria tenía antes de su llegada no nos va a llevar a nada bueno.


Háblanos un poco de tus próximos proyectos.


Me gustaría volver a la novela. Es un género que no he sido capaz de disfrutar como autor. Antes o después me gustaría retomar las tres o cuatro novelas inconclusas que tengo en el cajón y acabarlas.

Respecto a lo próximo que publicaré, saldrán un par de antologías de microrrelatos con distintas editoriales, y una antología de relatos llamada “Umbría” con Viaje a Bizancio. De esta última estoy especialmente satisfecho.


¿Qué consejo darías a los nuevos valores que tratan de abrirse paso en esto del terror y el fantástico?


Paciencia. Y trabajo. Son los dos valores básicos para empezar con esto. No tiene sentido trabajar dentro de un género minoritario pensando en la gloria inmediata. Es absurdo. Es necesario dedicar años a perfeccionar tu voz antes de plantearte los millones de libros que vas a vender.



El último lanzamiento de Eximeno es ¿Quién es el cruciforme?, una interesante colección de microrrelatos interconectados por un escalofriante denominador común. Ya a la venta, publicada por la Editorial Saco de Huesos, con ilustraciones de Pedro Belushi.

4 comentarios:

  1. Muy interesante la entrevista (que categoría de blog), ha logrado interesarme en la obra del autor.
    Me ha hecho gracia lo del cruciforme,iba a hacer una coña jocosa con el Hyperion de Simmons pero sería espoilear XD

    ResponderEliminar
  2. Interesante entrevista, gracias por acercarnos a este autor.

    ResponderEliminar
  3. DARIO: Gracias, espero que puedas leer algo suyo, que de verdad merece la pena. Por cierto, ayer volví a ver "Dellamore Dellamorte" (qué gran final, ya no lo recordaba). Igual le dedico una entrada...

    ResponderEliminar
  4. Siempre es un placer ponerse al día en las andanzas de Santiago Eximeno. Gracias.

    ResponderEliminar