domingo, 20 de febrero de 2011

CRÍTICA DE "FANTASMAS", DE JOE HILL. HAY ESPERANZA...


Ser hijo de un artista famoso y tratar de triunfar en su propio terreno es, qué duda cabe, un arma de doble filo. Por un lado, la tentación de usar un apellido con ciertas resonancias para escalar rápido dentro de las listas de ventas debe de ser una baza francamente difícil de rechazar. Por otro, el miedo a convertirse sólo en la sombra de otra persona, y la desconfianza ante la posibilidad de no ser valorado por uno mismo, deben de ser constantes quizá aún más poderosas si cabe. Lo admito: cuando descubrí que Joe Hill no era sino el hijo de Stephen King, me dejé avasallar por todo tipo de prejuicios. Para empezar, no es que King sea precisamente uno de mis autores favoritos, así que los genes de Hill no me impresionaban demasiado, en ese sentido. Es más, sin duda un tanto presuntuosamente por mi parte, no tardé en formarme (de manera bastante precipitada, lo admito) mi teoría sobre por qué Hill optaba por “enmascarar” la conexión que lo unía a su célebre progenitor: “si mi padre escribiera como King, yo también preferiría echar tierra de por medio”. Sin embargo, cuando mis compañeros de Nocte empezaron a recomendar algunos de sus relatos cortos, decidí comprar la antología Fantasmas. Y no me arrepentí. Todo lo contrario: tomé nota mental de tratar de tener menos reservas en lo sucesivo. Hoy por hoy, puedo afirmar que este libro cuenta con algunos de los relatos más hermosos, inquietantes, terroríficos, entrañables, sutiles y, en la mayoría de casos, tremendamente inteligentes, que he leído en mucho tiempo. Me imagino que la conexión con el autor de best-sellers tan famosos como It (Eso) debe de estar por alguna parte, pero yo no la acabo de ver. Quizá algo haya en la aparente simplicidad de alguna de las historias, o quizá en ese gusto por volver la mirada a un pasado no tan dorado como nos había parecido siempre. En todo caso, son similitudes pequeñas, casi tomadas por los pelos. King escribe para cualquiera que sepa leer, y en demasiadas ocasiones, para quien no suele hacerlo de forma habitual. Por el contrario, no tengo claro que Hill escriba teniendo un target específico en mente. Sus relatos son tan heterogéneos que no siempre es fácil etiquetarlos. A veces, poéticos como una pieza de Jorge Luís Borges. Otras, inasibles y llenos de resonancias, como una historia de Neil Gaiman. Y a menudo, tan inquietantes, de un terror tan taimado e inmediato, que se diría sólo son comparables con las más cruentas noticias que salpican las páginas de los periódicos.

Tal vez la mayor pega que podamos sacar a esta antología es su engañoso título (simplificación del inglés 20th Century Ghosts)… o al menos, engañoso en apariencia: ¿al fin y al cabo, aún no estando muertos, acaso no podrían considerarse fantasmas la mayoría de personajes que pueblan sus páginas? ¿Quién está más muerto: la fantasmagórica habitante del cine de "Un fantasma del siglo XX", o el hombre de carne y hueso que la ha sobrevivido? Por otro lado, ¿no tiene algo de etéreo, más allá de lo obvio, el niño hinchable que protagoniza "La ley de la gravedad", relato fantástico completamente alejado del terror, y sin duda una de las cumbres de esta antología? ¿Y ese chico casi autista de "Reclusión voluntaria", que sólo es capaz de ser libre cuando se aleja de la realidad inmediata para explorar una especie de realidad alternativa, tan atrayente como peligrosa?

Sin embargo, ya he mencionado que, si bien no de forma continua, el terror sin asideros, y casi sin coartadas, también está presente en este libro. Bajo el elocuente título "El mejor cuento de terror", el relato que abre la antología es una pieza casi metalingüística sobre el género, que juega con nuestros conocimientos sobre el mismo para darnos uno de los desenlaces más espeluznantes (pese a su previsibilidad… o gracias a ella) que he leído en mucho tiempo. Más abierto, pero no menos escalofriante, es el desenlace de "Carrera final", relato que comienza con la intrascendencia de una viñeta costumbrista para acabar en angustioso y sangriento survival. Y completando un poco esa especie de trilogía en torno a los psycho-killers y el terror más cotidiano, no podemos olvidarnos de "El teléfono negro", otra opresiva historia de survival con ingredientes paranormales (o no tan paranormales, quién sabe) adicionales. No obstante, para quien esto firma, si hay una pieza que sobresale respecto a las demás, seguramente sería "La máscara de mi padre", hermosísimo cuento de hadas oscuro, poético y profundamente aterrador, de una originalidad rabiosa y tan cargado de sugerentes elipsis que te deja con la boca abierta (literalmente: doy fe de que me ocurrió), todo lo cual lo convierte en esa especie de triple salto mortal que, ya por sí solo, justificaría la existencia de este libro maravilloso… si con todo lo demás no hubiéramos tenido suficiente, que lo dudo.


Lo que acabáis de leer es mi crítica literaria de este mes para el nº 2 del ezine mensual Ultratumba, que ya podéis descargar de forma enteramente gratuita pinchando en la imagen inmediatemente superior de su portada. Os recomiendo que le echéis un vistazo, pues, como ya sabéis, se trata de una revista con unos contenidos de lo más interesantes (y no lo digo sólo por lo que me toca, pues está cojonudamente maquetada por Javier Herce, alma mater del proyecto).


Y ya para finalizar, os recuerdo que desde esta semana se encuentra por fin a la venta mi nueva novela Cuerpos descosidos. La podéis adquirir directamente a través de la librería on-line de la editorial NGC Ficción! (que os la manda a casa cómoda y baratamente), o bien muy pronto en tiendas como Fnac, El Corte Inglés, La casa del libro... o encargándola en vuestra librería de confianza, of course totalmente. Ah, para quien tenga curiosidad por saber de qué va la novela, le invito a que visite el blog oficial de la misma, en el que iré hablando de todas las últimas novedades sobre esta, promociones, presentaciones... ETCÉTERAS.

6 comentarios:

  1. Todo un lujo tu sección en Ultratumba, señor Quevedo..

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  2. Pues nunca he leído nada del hijísimo; reconozco que también me había formado algunos prejuicios, pero intentaré leer alguno de los relatos que mencionas por aquí.

    Hablando de King, ¿has leído un relato suyo titulado My little pony? Es que cuando mencionabas que algunos de sus relatos te había resultado bellísimos inmediatamente he pensado en él.

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  3. Todo un lujo participar en su publicación, señor Herce...

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  4. Hace algún tiempo que leí esta antología y la verdad es que me gustó bastante. Creo que el hijo de King ha hecho bien en cambiar su nombre artístico para alejarse, al menos en nombre, de su padre. Tiene un estilo propio muy interesante, y las comparaciones no le hacen ningún bien. Pero sí, yo leeré lo que vaya publicando porque me gusta su estilo y además creo que tiene mucho que ofrecer a pesar de ser algo irregular. Tengo pendiente "Cuernos", ¿lo has leído ya?

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  5. Hola, Caótico. Suena interesante ese libro, voy a por él. Por cierto que voy a ilustrar una portada para una edición de bolsillo de "Misery" de King.
    Me ha encantado su "Gran ganga". Gracias por estas descargas. Saludos. Borgo.

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  6. Hola, Javi-Q.

    Pues yo tambien me llevé una sorpresa con Joe H.
    Pero solo he leido su primer libro "El Traje Del Muerto" y me gustó, no le ví parecidos con su Padre.

    Este le tenía el ojo puesto, pero... ufff
    Tengo una jartá, aquí, a mi lado, diciendomé: Vengaaa yaaaaaa! ;).

    BSS!

    Felicidades y suerte con tu nuevo lugar de críticas.

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