El estreno esta semana de Cisne negro, la última marcianada de Aronofsky (a la que es posible que dedique algún post exclusivo en breve), me parece una ocasión inmejorable para recordar que no siempre hay que echar mano de psicópatas, monstruos canónicos y víctimas adolescentes para crear una buena película de terror. De hecho, algunas de las películas que más miedo me han dado, o que (si se quiere) más me han perturbado, calándome mucho más que una de fantasmas o zombis, se salen bastante por la tangente en lo que a resortes genéricos se refiere... y algunas de ellas, de hecho, ni siquiera serían consideradas como "cine de terror" por muchos. Este podría ser el caso de Cisne negro, brillante film que nos relata el descenso a los infiernos personales de una bailarina obsesionada con alcanzar la perfección en su trabajo. Sin embargo, se me ocurren más ejemplos...
Sin duda una de las películas más incómodas de los últimos años, Irreversible se ha hecho popular sobre todo por la célebre secuencia de la violación a tiempo real en el paso subterráneo. A mi entender, sólo esa escena ya supera ampliamente los horrores de un par de docenas de films de zombis o vampiros, convirtiéndose en la recreación perfecta de la peor de las pesadillas. Sin embargo, Irreversible es mucho más: toda una tesis en torno a la violencia, la venganza y el viaje sin retorno que estas implican siempre.
Recuerdo que esta película la vi de adolescente y me inquietó lo indecible, sin acertar a especificar por qué motivos exactamente, ya que nunca la habría clasificado como "de terror". Y sin embargo, lo es. Mucho. La historia nos habla de un joven misterioso, fascinado con un viejo nazi pederasta que está confinado tras un pulmón de acero... En fin, ¿para qué contaros más? Una obra maestra de Agustí Villaronga, de visionado obligatorio para todo aquél que sabe que los peores monstruos no siempre beben sangre humana ni salen de las tumbas.
Curiosamente, el film de Aronofsky que abre este post debe bastante a Repulsión, el clásico de Roman Polanski protagonizado por una inolvidable Catherine Deneuve, aquí como la encarnación perfecta de una mujer a la que acaban superando sus miedos sexuales y el caso agudo de frigidez que padece. Una pesadilla llena de hallazgos visuales, un viaje al centro de las obsesiones personales (en este caso, a la repulsión física que la protagonista siente hacia los hombres) y que desemboca en un final inolvidable.
Prácticamente, cualquier film de David Lynch habría sido perfecto para aparecer en esta lista. Pero me decanto por INLAND EMPIRE a modo de reivindicación, por ser posiblemente su obra más incomprendida (con el permiso de Dune) y, sin embargo, una de las más inquietantes. Pocas veces la narrativa lynchiana ha alcanzado tal grado de perfección de forma y fondo en lo que a plasmar un estado alterado de mente se refiere. La historia: el remake hollywoodiense de una película polaca maldita e inacabada, a su vez basada en una leyenda gitana, acabará afectando a sus actores protagonistas, que verán como sus identidades reales se disuelven y confunden con las encarnadas en la ficción... ¿o era al revés? En fin, un film sólo apto para fans muy fans.
Suelto una pequeña primicia: la alucinante Dans ma peau, de Marina De Van, ha sido una pieza clave en la construcción de mi tercera novela (que saldrá en breve, ya os avisaré). Mientras tanto, os anticipo que pocas, muy pocas veces una historia me ha dejado tan tocado, tan confundido y conmocionado, como esta lo hizo. Un relato sin concesiones, francamente claustrofóbico, en torno a la obsesión de una mujer por su propio cuerpo (y, sobre todo, por sus interioridades). Una historia sangrienta y visceral... pero sin asesinatos ni sustos de ningún tipo. Una pesadilla que habla de la automutilación casi en términos de historia de amor enfermiza.
Y hablando de amores enfermizos: por último, pero tal vez erigida en número uno de la lista, Te doy mis ojos. Estoy plenamente convencido de que nadie etiquetaría este film como "de terror". Más bien drama social, cine de denuncia... y sin embargo, hace poco la revisioné y me quedé con la sensación de que es una de las historias más escalofriantes que conozco. Ya cuando la vi por primera vez en el cine, me dejó poco menos que estupefacto. Ahora, sin embargo, no me despeino a la hora de afirmar que es una de las experiencias más aterradoras que se pueden vivir ante una pantalla. Desde ese arranque in media res, con la mujer maltratada huyendo de su marido en mitad de la noche, hasta el espeluznante final en la terraza (el único momento en el que el maltrato se manifiesta de manera más bien explícita, y pese a ello sin recurrir a la violencia física), la película es una tesis simplemente brillante sobre uno de los grandes problemas de nuestro país. De tensión latente, pero in crescendo, pocos films sobre psicópatas chitarían a esta película en lo que a transmitir horror y hondura psicológica se refiere.
Iba a decir: joder! no he visto ninguna de las películas de las que hablas hoy, pero sí, he visto Te doy mis ojos. Tendré que ver Dans ma peau antes de que saques best seller a la calle, entonces!
ResponderEliminarPues tengo que buscar Dans ma peau y Tras el cristal (de esta segunda no tenía noticia, la verdad), que parecen prometer según su post. Por cierto, a mí las pelis que me dan más miedo son las de gente chiflada (como Repulsión), pero no de esos chiflados que matan a otros por algún tipo de trauma o se convierten en psychos por algún tipo de despecho, sino porque enloquecen de verdad. Y es que eso le puede pasar a cualquiera, y es lo que de verdad me da miedo...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con su apreciación de Inland Empire, muy incomprendida. Yo recuerdo también como muy terrorífica Mulholland Drive, sobre todo la escena de la cafetería del principio. Me impacto sumamente.
Coincido don Hector Desterrado, es mucho más terrorífica la posibilidad de que de repente nuestra salud mental se resquebraje a que aparezca un vampiro. "Repulsión" y "Suspense" son, por eso mismo, dos de mis películas favoritas.
ResponderEliminarEhhhh! y "El quimérico inquilino". Qué chula...
ResponderEliminarDe las pelis que no he visto, me las apunto. De las que sí he visto te comentaré que Tras el Cristal o Repulsión , más que terror es asfixia lo que me entra al verlas, desasosiego, vaya. Me pasa también con El Quimérico Inquilino, ya apuntada-excelente, por cierto.
ResponderEliminarLynch me parece más inquietante que terrorífico, pero me encanta que reivindiques su INLAND EMPIRE, del que busco la edición para coleccionistas y que no encuentro. Sé que existe en U.S.
Kisses!!!
Por cierto este viernes estrenan Valdemar2 ¿no?
Viendo Inland Empire las pasé canutas. Como nadie iba a querer acompañarme viéndola, una tarde, sola en casa, me dije: al lío, nena, ahora o nunca. Etuve a punto de pararla varias veces porque me estaba yendo por la pata del miedo.
ResponderEliminarIrreversible me dejó muy tocada durante bastante tiempo.