viernes, 2 de septiembre de 2011

CRÍTICA DE "LA PIEL QUE HABITO"



Para un fan almodovariano de pro como yo nada hay tan estimulante como acudir al preestreno de su última película en los Cines Yelmo y que, tras un retraso de diez minutos, aparezcan en la sala el propio Pedro Almodóvar, Elena Anaya y Antonio Banderas. Como comentaba hoy en Facebook, eso no tiene precio. En cualquier caso, si me obligaran a quedarme con algo de lo que se dijo en aquella presentación inolvidable, sin duda sería, por un lado, con la recomendación de Pedro de que dejáramos que la película reposara en nuestras cabezas toda la noche antes de hablar de ella a alguien más, y por otro, con la de Banderas de que dejáramos una puerta abierta a la gente que, como Pedro, se atreve a romper códigos y a abrir caminos no preestablecidos. Dos consejos sin duda muy valiosos a la hora de enfrentarse a este film inclasificable, hipnótico, y que a título personal considero todo un salto al vacío por parte de su creador.

 
Creo no exagerar cuando digo que quizá termine por ser uno de mis almodóvar favoritos, pues de hecho La piel que habito es seguramente la película más valiente que he visto en mucho tiempo (y lo digo en un año en el que hemos visto joyas como Cisne negro). Con esto quiero decir que toma algunas elecciones casi suicidas desde el punto de vista narrativo, pero que sin embargo son las que convierten esta película en la experiencia casi onírica que es. Por desgracia, hace meses leí una nota de prensa en la que comentaban de qué iba el nuevo proyecto del director manchego y ayer constaté que, en tan solo una línea (que mira que hay que tener mala uva…), aquella nota había destripado todas las sorpresas de la película. No es mi intención repetir la misma metedura de pata en esta crítica, no os preocupéis. En cualquier caso, confieso que aun sabiendo los engranajes de la historia, la disfruté muchísimo. Es más, creo que se trata de una de esas películas que ganan con sucesivos visionados. Dadas las varias capas y texturas que subyacen en la narración, por supuesto no es la misma La piel que habito la que ves la primera vez que la que ves la segunda. Y yo, qué queréis que os diga, valoro mucho ese tipo de historias.


En el terreno que nos interesa a nosotros, que a fin de cuentas es el fantaterror, podemos decir que La piel que habito parte de una premisa perfectamente reconocible por todos: la clásica historia del mad doctor, que ha tenido precedentes tan ilustres como, sí, el Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley. Sin embargo, Almodóvar sabe llevarla a su propio terreno y nos acaba ofreciendo algo más, una película que encaja a la perfección en su filmografía pero, al mismo tiempo, constituye una rara avis en toda regla. Hablar del género al que pertenece es una tarea tan ardua como inútil, pero podemos decir que hay un poco de melodrama, un poco de terror, un poco de ciencia ficción, un poco de noir, e incluso un poco de cuento de hadas (por la red he leído una referencia al cuento de Rapunzel que no me parece muy desencaminada). Una combinación a priori explosiva, pero que yo creo que funciona bien (y hablo de primera mano, pues ya con mi novela Cuerpos descosidos sabéis que mezclé la mayoría de estos elementos… y creo que no de forma desafortunada). En cualquier caso, me parece atrevido afirmar que La piel que habito es un film de género. Si acaso, se esfuerza por encontrar su propio género particular, aunque tampoco creo que lo busque con excesivo empeño o de forma muy consciente. Quizá sea eso lo que la convierte en una propuesta tan estimulante, es decir, su renuncia a todo tipo de asideros, su apelación a una experiencia más sensorial y visceral que cerebral. Así pues, yo creo que lo más importante a la hora de disfrutar de este último almodóvar es entrar en el cine con la mente abierta, predispuesto, sin reservas ni éticas ni morales ni sociales (que son precisamente las que se echan abajo en esta historia perturbadora y enloquecida que, como muy bien apuntaba Banderas, rompe códigos y abre caminos).

No sabéis la rabia que me da no poder hablar con más libertad de las claves, los temas y los resortes que vertebran esta película bellísima aun dentro de su imperfección (pues no es perfecta, aunque incluso esa cualidad forme parte de su belleza), pero lo cierto es que no conviene si no la habéis visto. Tan solo diré que es una reflexión pesadillesca e hiperbólica, oscura y en última instancia luminosa, sobre temas tan complejos como la identidad, la masculinidad, la feminidad, la pérdida y la venganza. Creo que en esos cinco conceptos queda encerrada la esencia de esta película inclasificable… y con eso creo que queda claro que no se trata de una película para todo el mundo. Hay que tener muchas tripas y mucha predisposición para disfrutar y valorar todos los recovecos de La piel que habito. Para los demás, siempre quedarán las risas involuntarias que supuestamente despierta la película (y que admito que yo no vi en ninguna parte… si acaso, en la escena final, aunque me pareció tan valiente por parte de Pedro abordarla de forma abierta que no sé si el que se está riendo es él (de los que ríen, se entiende)).


Lo mejor: La valentía con la que todos abordan una historia tan difícil en todos los sentidos. Los actores en general (hasta Banderas está espléndido), con especial mención a ese monstruo maravilloso llamado Elena Anaya. La banda sonora de Alberto Iglesias, que es algo como de otro mundo. La sobriedad y delicadeza con las que Pedro articula un argumento a priori grotesco y la elegancia con la que cuenta una historia de terror sin mostrar toda la sangre derramada ni los momentos más atroces (en eso, aunque quede mal que yo lo diga, también tiene mucho que ver con mi novela Cuerpos descosidos). Y por último, sí, ese personaje absolutamente antológico que es Vera (la escena del rasgamiento de vestidos es de quitarse el sombrero: no se puede explicar más con menos).

Lo peor: Que los que no hayan entendido nada digan que es una mala película. Que Pedro se obceque en usar rotulitos para indicar el paso del tiempo, cuando yo creo que justo en esta película eran bastante innecesarios. Alguna interpretación aislada (de Blanca Suárez esperaba más) y lo desaprovechado que está un actorazo como Eduard Fernández. Que a alguna gente del público le siga entrando la risa floja con las mismas cosas que cuando iba al parvulario.


Pequeña instantánea que sacamos ayer en el preestreno.

6 comentarios:

  1. Es la película de Almodóvar que más interés me ha despertado en mucho tiempo.

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  2. Pues yo me alegro que sea así, J.Q.
    Porque yo tambien espero con ilusión cada estreno de P.A. .
    Y esta vez me tiene más intrigado que en otras ocasiones.
    He visto en estas semanas unos tres documentales, los tres sobre lo mismo, pero proyectados de maneras y con cuestiones diferentes, y te confieso que me acordé de "Cuerpos Descosidos" en alguna ocasión.

    Es de agradecer que no destripes nada más que lo minimo que sabemos.

    No es normal que todavia no la haya visto, pero estoy de gripazo Summer-End, y me encuentro todavia fatal.
    Espero esta semana poder verla.


    Bss y hasta pronto.

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  3. Ah! lo olvidaba (como siempre).

    Que sorpresa encontrarte en el estreno con los tres!

    A mi me da algo, vaya!.

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  4. Vengo del cine. PELICULÓN.

    Para mí, la mejor de Almodóvar.

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  5. Comparto tu opinión...tiene una profundidad diferente al anterior cine de Almodovar, aquí cómo que se descarna y no de manera gratuita..además está cargada de una sensibilidad que casí asusta por lo hermosa que es! Banderas y Anaya están geniales y la música de A.Iglesias nunca falla.
    Yo salí encantada, aún no logro entender algunas criticas y gente que no le gusto nada, pero bueno...eso ya sería otro tema.
    Saludos y buenos días.

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